Desde la sede de Evonik Industries & Topfen en el estado de San Pablo, en Brasil –donde se asienta una de las plataformas de la compañía alemana–, la Lic. Ana Gaiotto relató “qué hay detrás de un coadyuvante”.
Ana es la Coordinadora de Investigación y Desarrollo para Sudamérica de Evonik & Tropfen.
Su propuesta en la Jornada Adyuvantes para Herbicidas 2021 fue describir el camino que conduce a la formulación de un producto que termina aplicándose en el campo, con mucho protagonismo de los productores.
Primer paso
“Empezamos con el feedback del mercado, escuchamos cuál es la necesidad del productor, por ejemplo puede ser el pedido de un coadyuvante que tenga una buena dispersión, que tenga una buena propiedad anti deriva, o que tenga estos dos atributos”, detalló.
La secuencia sigue en el laboratorio, donde se hacen muchas pruebas hasta llegar a una “prueba de concepto” con la que se va al campo “para comprobar que el concepto tiene una buena performance”. Así resumido, el proceso luce sencillo, pero debe atravesar diferentes (y exigentes) etapas.
Cinco pilares para un coadyuvante exitoso
En su exposición online, Gaiotto compartió una referencia del proceso de desarrollo de un coadyuvante y “traer un ejemplo de producto exitoso” que Evonik & Tropfen desarrolló en conjunto.
“Cuando pensamos en el desarrollo de un producto, siempre nos basamos en algunos pilares, que básicamente son cinco”, especificó.
1) El costo. Que se relaciona con una demanda del cliente, un precio que resultaría aceptable en el campo. “Si desarrollamos una tecnología que es súper buena pero costosa, probablemente no vamos a tener éxito para trasladar esa tecnología al campo”, razonó Gaiotto.
2) Biología. El ingrediente activo y cómo es el mecanismo de acción del ingrediente activo que se aplicará en el cultivo.
3) Propiedades físico químicas del ingrediente activo. Dependiendo de cómo es su propiedad, en el laboratorio se define cómo es el tipo de formulación, si será una formulación sólida o líquida, la compatibilidad de la mezcla en el tanque.
4) La demanda de mercado. Esto es, la aspiración de los usuarios en el campo; contar con un producto que sea sólido, líquido, el tipo de atribuyos, por ejemplo un producto anti deriva, que tenga la propiedad de incrementar la absorción del ingrediente activo.
5) El registro. “Sabemos que este es un pilar muy importante en el desarrollo de un producto; cuál va a ser la banda del producto, si va a ser banda verde, siempre miramos productos que sean más amigables con el medio ambiente”, señaló Gaiotto.
“Podría hablar horas sobre estos pilares porque hay muchos detalles técnicos y parámetros importantes”, aclaró la referente de Evonik. La filial brasileña se apoya mucho en la experiencia de desarrollo de mercado de Topfen para diseñar nuevos productos en Sudamérica, destacó.
Formulaciones y nomenclatura
Enfocó una parte de su charla en los coadyuvantes para mezclas en el tanque. “Normalmente son formulaciones que llamamos EC, emulsionable concentrado. Hay algunas formulaciones SL, que es un líquido soluble, pero normalmente vemos en el mercado coadyuvantes cuyo tipo de formulación es una S”, enumeró.
“Una S normalmente tiene una base que puede ser un aceite metilado, un aceite de soja, un trisiloxano; recordemos que una EC tiene que ser translúcida y, como resultado, una buena performance a campo; incrementar la eficacia del producto pesticida que vamos a aplicar”, resumió.
Entre las características físico químicas de los coadyuvantes mencionó el poder humectante, el poder dispersante de los trisiloxanos que se ven en la hoja, el poder penetrante y antievaporante de los productos a base de aceites de metilado de soja. “Hay también productos con propiedades anti deriva, y hay varios tipos de propiedades que podemos trabajar y añadir a un producto para tener una buena performance a campo”, mencionó.
Del laboratorio al campo
En el ida y vuelta de los pasos que hay “detrás de un coadyuvante exitoso”, Gaiotto describió: “Algunas veces tenemos que regresar al laboratorio para mejorar el producto y volver a probarlo en el campo. El laboratorio puede probar la emulsión, la espuma persistente, puede probar la compatibilidad de la mezcla en tanque, si hay dispersión, podemos evaluar el ángulo de contacto. Todas estas son propiedades que chequeamos en el laboratorio para lograr dos o tres pruebas. Luego ir al campo, probar el concepto, lograr una respuesta y ahí sí llegamos al producto final”.
Con algunos de los coadyuvantes logrados se hicieron más de 100 pruebas y después de ajustar todos los parámetros se logró una formulación final de alta calidad y performance a campo que hoy está en el mercado.