El Ing. Agr. Santiago Oldani, gerente de Marketing y Servicio Técnico de Tropfen se refirió a la estrategia de la compañía orientada a elevar los estándares de calidad y las tecnologías que se ofrecen para potenciar a las soluciones sensibles.
El respaldo de las tecnologías desarrolladas por Evonik, una compañía alemana con más de 100 años en el mercado en especialidades químicas, el desarrollo de campo con más de 20 referentes en el país y una red de distribución con más de 200 puntos de venta.
En esta trilogía, el Ing. Agr. Santiago Oldani, gerente de Marketing y Servicio Técnico de Topfen asentó las fortalezas de lo que ofrece la compañía al servicio de los productores en la Argentina.
Oldani expuso sobre la “alianza estratégica para elevar los esándares de calidad de los adyuvantes” en la Jornada Adyuvantes para Malezas 2021.
Pilares estratégicos
“En tropfen somos una compañía que nos especializamos en el desarrollo de campo y comercial de tecnologías coadyuvantes. Esto no lo hacemos solos: detrás de cada una de estas tecnologías contamos con el respaldo y el know how de Evonik. Es una compañía alemana con más de 100 años de trayectoria en el mercado global de especialidades químicas, con la que desarrollamos cada una de nuestras tecnologías a partir de las necesidades de los productores”, describió.
Otro tipo de alianzas, enumeró, son para el desarrollo de campo y para el desarrollo comercial. Para lo primero, Tropfen trabaja en conjunto con referentes, tanto del ámbito público como privado, con quienes se evalúa la la performance de cada una de las tecnologías que salen al mercado.
Un tercer pilar de estas alianzas, precisó Oldani, es el trabajo conjunto con una red de distribuidores que llega a los productores desde más de 200 puntos de venta y de soporte técnico.
Tensioactivo y anti evaporante líder
Una de las principales tecnologías que Tropfen hoy al mercado es Break-Thru MSO Max, “un líder en el segmento de tensioactivos anti evaporantes, que está formulado en base a aceite metilado de soja de origen nacional y organosiliconas de origen alemán”, precisó el Ing. Odani.
Explicó que para el aceite metilado se seleccionó un único proveedor a través de la estabilidad de todas sus partidas, en tanto que la silicona es provista por Evonik. “Cada uno de estos compuestos confieren características particulares al producto; por un lado, el aceite metilado de soja le confiere la capacidad anti evaporante y esa vía penetrante por una vía no polar. Asu vez la silicona le confiere la capacidad súper humectante de los trisiloxanos y la capacidad penetrante”, enumeró.
Entre las ventajas que ponderó el gerente de Marketing es la doble vía de penetración; garantiza por un lado por la vía no polar que confiere el aceite metilado disolver la pared celular (que va a ser afin para todos los productos o principios activos que sean afines a medios no polares) y, por otro lado, la vía que confieren los trisiloxanos, una vía polar de acceso mediante la afinidad con las ceras cuticulares.
Evaluación de situaciones complejas
Compartió una serie de evaluaciones que se realizaron en laboratorio, recreando situaciones complejas que se dan normalmente a campo y viendo cómo interaccionan las formulaciones, el aporte que tienen los coadyuvantes sobre esas interacciones y el impacto de mala calidad de agua, fundamentalmente con presencia de dureza, de carbonatos de calcio, magnesio, sobre todo sobre formulaciones sensibles.
Las formulaciones sensibles que se evaluaron fueron dos fitosanitarios; por un lado una formulación como concentrado emulsionable de un graminicida (Cletodim) y por otro lado un fungicida formulado como suspensión concentrada de azoxistrobina y Cyproconazole, que como particularidad tienen los fungicidas de tener baja solubilidad y alto punto de fusión, en temperatura ambiente están presentes como cristales.
Con un agua blanda a 150 ppm, la conclusión que se sacó es que si no se presenta un problema grave, probablemente la formulación sola esté bien. “Lo que podemos hacer es con un buen coadyuvante mejorar esa emulsión, esa calidad de ese sistema. Pero con un coadyuvante malo lo que podemos hacer es empeorarlo también”, advirtió Oldani.
“En una segunda situación, con un agua bien dura, de 900 ppm de carbonato de calcio y acá sí vemos que la formulación original del cletodim sus surfactantes se ve afectado por la presencia de cationes y no pueden lograr una buena emulsión. Y vemos que con el agregado de un tensioactivo como es Break-Thru MSO Max y el agregado de un corrector de agua como es Trop CS el sistema mejora notablemente”, describió.
En cambio, sostuvo, el agregado de un aceite convencional no produce esa mejora.
En otra determinación se observó lo que ocurre a microscopio en una mezcla de un fungicida en un agua dura. Como característica, los fungicidas a temperatura ambiente están presentes como cristales, en razón de que tienen una baja solubilidad y un elevado punto de fusión. Entonces, están presentes como cristales en esas soluciones concentradas. “Lo que buscamos con un buen adyuvante es que esos cristales se puedan solubilizar en mayor medida o se conviertan en cristales más pequeños para que luego del pulverizado esa gota humecte, queden bien adheridos a la cutícula de una manera más íntima y se revuelvan a cristalizar mucho más adheridos a ella. Eso nos va a permitir una mayor persistencia del tratamiento”, precisó Oldani.
Lo que se observó es una imagen mucho más traslúcida al microscopio, con una solubilización mucho mayor de esos cristales, lo que no ocurre en la situación del fungicida solo, ni en la situación del aceite convencional con un corrector.